Paco Sánchez, autor de las guías de República Dominicana, Costa Rica, Panamá, Nicaragua, Malta y Andorra
Nombre: Francisco Sánchez Ruiz
Edad: 51
Profesión: Geógrafo
Nacido en: Úbeda (Jaén)
¿Qué tiene Centroamérica que tanto te atrapa?
Es un “paraíso” climático: eterna primavera o verano, según la altura donde nos encontremos. Es un “paraíso” de abundancia: flora, fauna, frutas, generosidad en sus gentes…
Es otra manera más humana de desarrollar y ver la vida. Muchas veces con menos recursos y esperanzas que la vieja Europa.
Finalmente me gusta la belleza de las personas de Centroamérica y el Caribe, lugar de encuentro y de mestizaje…
¿Es cierto el tópico de que son un poco desastrosos?
Esta vida está llena de tópicos y más si queremos justificar lo “magnífica” que es nuestra civilización occidental, la Europa del club de los privilegiados. Respondo con otra pregunta: para la mayor parte de los alemanes o según su óptica ¿los españoles, los mediterráneos del sur son desastrosos?
Porque saben disfrutar la vida: sus alegrías, sus desengaños…
¿Hasta el punto de ser un inconveniente… o es un punto exótico que le da más carácter el viaje?
Entiendo que seguimos con el tema del “desastre”. Lo diferente siempre atrae: el físico, el carácter, la manera de hacer, otras formas culturales en general que se manifiestan en la comida, tradiciones… Por lo que ser “desastroso” puede enervar en un momento puntual porque venimos de un mundo europeo muy “encorsetado” y de normas y organización al extremo… Pero ese momento puntual seguro que se resuelve con la calma y una sonrisa o un chiste.
¿Por qué viajas?
Tomaré una frase que no sé donde la leí, quien la escribió o incluso si la dije yo en una clase o charla, pero realmente resume ese porqué. Siempre me gustó viajar pues soy un observador nato que crezco a nivel cultural, espiritual: escuchando y viendo diversas maneras de hacer las cosas. Desde que murió mi hermano a los 25 años se me aceleró ese proceso en un carpe diem que me hace siempre estar inquieto y con ganas de viajar y vivir. Pero bueno no me iré por los cerros de Úbeda, mi tierra y voy a la frase y a la vida:
“Viajo no para huir de la vida, si no para que la vida no huya de mí”
Seguro que tienes un lugar grabado en la retina como el más idílico del planeta.
Esos lugares son los que aparecen entrelíneas en las guías sin grandes titulares para evitar la destrucción por un turismo masivo y a veces no educado para viajar. Algún rincón en Bocas del Toro, Panamá.
Un libro que te inspira a viajar.
Quizá un tópico Memorias de África o El nombre de la rosa.
Una película que ni el mejor de los viajes.
Muchas, pues como con los atlas y los mapas, con las películas también se viaja: Muerte en Venecia, Los puentes de Madison o Como agua para el chocolate.
Una cita que siempre te ronda la cabeza.
Más que una cita es una “irreverente” oración que leí en un divertido libro del viajero Marc Ripoll: De turista a viajero. Y que por supuesto intento tener en cuenta alguno de su párrafos para “no caer en la tentación”. La copio entera aunque sirve cualquier párrafo:
“Padre nuestro que estás en los cielos, protégenos a nosotros,
turistas obedientes, humildes servidores suficientemente atontados
como para recorrer esta tierra haciendo fotografías, enviando postales,
comprando souvenirs y paseando por esos mundos de Dios en colorida
ropa interior. Te rogamos, oh! padre, que nuestro avión no sea secuestrado
ni nuestro equipaje extraviado.
En el día de hoy, danos sabiduría en la elección de hoteles.
Rogamos para que los teléfonos funcionen, que los operadores
hablen nuestra lengua y para que no haya correo esperándonos de parte
de nuestros hijos que nos fuerce a cancelar el resto del viaje.
guíanos, oh! señor, a restaurantes económicos donde el vino esté incluido
en el menú. Otórganos la sabiduría para dar la propina correcta en divisas
que no comprendemos. Haz que los nativos nos quieran por lo que somos y
no por nuestra capacidad de comprar souvenirs.
provéenos de la fuerza necesaria para visitar los museos, las catedrales, los
palacios, y si, debido a algún contratiempo, dejamos de visitar algún monumento
histórico para hacer la siesta después de comer, ten piedad de nosotros, pues
nuestra carne es débil.
Alabado señor, protege a nuestras esposas de gangas que no necesitan ni se pueden
permitir. Manténlas alejadas de la tentación, pues no saben lo que hacen.
Padre Universal, evita que nuestros maridos miren a mujeres extranjeras y que las
Comparen con nosotras. Sálvales de hacer el ridículo en los clubes nocturnos. Por
encima de todo no perdones sus excesos, pues ellos saben perfectamente lo que
están haciendo.
Y en cuando nuestro viaje llegue a su fin, otórganos el favor de encontrar a alguien
que tenga la fuerza de ver nuestras películas y escuchar nuestras historias, porque
así nuestra vida como turistas no será en vano.
Te lo pedimos en nombre de C Hilton, T. Cook y American Express.
Amén”
(Encontrado en la oficina de turismo de Nuku´alofa, reino de Tonga).
Y no sé si es una cita porque la tengo muy incorporada pero siempre tengo presente, además del “Carpe Diem” de Horacio.
“A lo largo de la vida uno debe mirar en varias direcciones:
Adelante para saber donde se dirige.
Detrás para recordar de donde uno viene.
Debajo para no pisar a nadie.
A los lados para ver quien lo acompaña en los momentos difíciles.
Arriba para saber que siempre hay alguien y lo está cuidando”
(y ojo que soy agnóstico que no ateo)
Una canción que te acompaña a donde vayas.
Son muchas pero una en especial de Ane Brun, Daring to love, o una culturalmente para mí más cercana del Lebrijano Dame la libertad
Un medio de transporte favorito.
La bici aunque desgraciadamente, por tema de tiempo, no la utilizo en mis viajes.
Un destino que se te resiste.
Bután y en general los pequeños principados entre China y la India y, por supuesto, los microestados y reinos insulares del Pacífico o la Polinesia tipo Samoa, Tonga…
¿Eres de esos que se lleva algo de cada sitio al que va? ¿Tu nevera está llena de imanes?
No, me llevo recuerdos mentales para volver. Ah! Mentira un ron esencia de tradición y sabor a tierra cuando voy al Caribe y Centroamérica.
¿Hotel de lujo, albergue de mochileros o casa de huéspedes?
Consumo hoteles de lujo pero no los disfruto pues sirven de soporte logístico ofrecido por los entes turísticos que promocionan el país. Pero en general no me gustan a excepción de los hotelitos boutique de buen gusto o algunos ecolodge, que no simplemente utilicen la palabra si no que verdaderamente estén integrados en el medio natural, es decir, sean “sostenibles” en todos los sentidos. Es preferible un alojamiento con áreas sociales, no de cadenas hoteleras internacionales, donde se pueda relacionar uno sobretodo con gente y si puede ser turismo y servicio local: mejor.
¿Plano de papel o GPS?
Sin duda alguna plano a papel, el tontón, ya lo dice la palabra. Aunque he de ser ecuánime en ciertas ciudades el GPS puede ir muy bien.
¿Viajero documentado o viajero sorprendido?
Por inseguridades innatas y porque amo el libro voy documentado aunque la documentación la utilizo poco y me dejo sorprender. Así no condiciono demasiado el contenido de mi futura guía.
Viajar como profesión… ¿estropea los viajes?
Depende: los acelera pero si los vives con pasión normalmente los enriquece. Obviamente uno no puede “ejercitar” de viajero pues tiene un tiempo limitado y volver para acabar de redactar, seleccionar fotos…
¿Existe la guía de viajes perfecta?
No, pues somos personas con gustos cada vez más diversos. Una guía cuanto más especializada en ámbito geográfico, tema y tipo de público consumidor suele ser mejor. Pero las guías desgraciadamente son un negocio. Aunque en honor a la verdad Anaya apuesta por títulos y destinos que no tienen simplemente esa óptica económica. Realiza guías que priorizan el trabajo de campo y autores que aman el viaje y eso ya es un punto a tener en cuenta muy importante.